En una época donde lo digital hace revuelo, se ha ido perdiendo los tradicionales dibujos elaborados a manos. a la vez de la emoción y quizás la desesperación de hacer algo cuidadosamente. Aunque no estoy en contra de ello, ya que uno de mis objetivos es aprender a manejar cualquier instrumento que me ayude a dar vida a la visión de mi mente.
Actualmente soy como un lápiz en un círculo de bolígrafos y programas.
Toda historia tiene un comienzo, aunque a veces perdido, no todo el contenido queda olvidado, igual las experiencias que uno vive, son como los trazos de un lápiz a la hora de elaborar un dibujo, a veces planeado u otras improvisados, no sabes como resultará al final si saldrá como esperas o no, pero si llegara a pasar lo segundo tranquilo, el borrador hará el trabajo de que empieces de nuevo, una nueva oportunidad.
Pero cabe recalcar que no siempre será así, tarde o temprano deberás avanzar y progresar dejando el lápiz a un costado y tomar un material mas permanente como un lapicero y cuidado porque esos serán por el resto de tu vida y si te equivocas deberás romper la hoja entera. Aunque eso suene un desperdicio total, no será del todo así, quedarán pequeños espacios blancos en donde si sabes lo que eres, no los desecharás al vacío con todos tus errores, porque esos pedazos de hojas aunque sean más pequeñas de su tamaño original, todavía pueden servirte para cosas tal vez diminutas para cualquiera pero igual de hermosas para ti.
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